La visita tuvo como objetivo revisar el avance en la implementación del Modelo de Gestión Ambiental (MGA), identificar alertas tempranas y evaluar la adherencia a las actividades programadas para el primer semestre del año.

“Destacamos la planificación y ejecución de actividades complementarias a las definidas inicialmente en los Planes de Acción que permiten abordar de manera integral las brechas ambientales, favorecer la adaptación natural de las especies y optimizar recursos”, afirmó Andrea Ibáñez, especialista senior de Gestión Operacional de Antofagasta Minerals al término del acompañamiento ambiental realizado en Minera Los Pelambres (MLP).

La visita tuvo como objetivo revisar el avance en la implementación del Modelo de Gestión Ambiental (MGA), identificar alertas tempranas y evaluar la adherencia a las actividades programadas para el primer semestre del año.

El recorrido incluyó las instalaciones del puerto Punta Chungo y la planta desaladora, donde se desarrolló una etapa de gabinete y otra en terreno, así como también zonas de reforestación en Los Vilos.

“La evaluación es positiva. Destacamos un crecimiento sostenido desde que comenzaron los acompañamientos del corporativo. Hoy los supervisores y ejecutivos de las áreas transmiten con propiedad la gestión de sus controles ambientales y la relevancia de ellos para su operación”, señaló Luis Menares, Jefe de Medio Ambiente de Minera Los Pelambres.

La visita incluyó puntos críticos como la sala de control, el edificio químico y la sentina de captación y descarga. Además de la revisión en gabinete de exigencias y cierre de Eventos Ambientales. Si bien el estándar observado fue alto, Menares apuntó a que siempre hay espacios de mejora en la calidad de la evidencia y verificadores generados por la operación.

“Esperamos alcanzar un estándar aún mayor, ya que estos respaldos son los que la empresa entrega ante la autoridad en procesos de fiscalización u otras instancias y nos permite asegurar la continuidad operacional”, afirmó.

En una segunda etapa, el equipo se trasladó a las zonas de reforestación en el Fundo La Aguada y El Mollar, donde se abordaron cuatro de las cinco exigencias planificadas. Una de las principales innovaciones observadas fue la estrategia de “cosecha de agua”, que sorprendió a los asistentes por su enfoque y potencial de réplica.

“Siempre es un agrado mostrar lo que hacemos como equipo de medio ambiente, especialmente en temas como la reforestación y la compensación forestal. Creo que logramos visibilizar bien nuestro trabajo y ojalá eso se pueda replicar o difundir, porque lo estamos haciendo bien”, expresó Francisco González, jefe del proyecto vegetacional.

En cuanto a los aprendizajes de este acompañamiento, la especialista de AMSA, Andrea Ibáñez, destacó que “se identificaron y acordaron oportunidades de mejora que permitirán fortalecer la gestión asociada al cierre de brechas en curso y mejorar la gestión periódica en plataforma, con el objetivo de identificar oportunamente desviaciones e implementar planes de acción cuando corresponda”.

La etapa de revisión concluyó con reuniones técnicas que permitieron compartir los hallazgos y avanzar en la ejecución de mejoras concretas para lo que resta del año.

El encuentro comenzó con una reflexión de seguridad de la Gerenta de Mantenimiento TFT-Puerto, Claudia Cuesta, en torno a un accidente de alto potencial ocurrido recientemente en Minera Zaldívar, usando el caso de la caída de una grúa para reforzar la necesidad de disciplina y cumplimiento normativo en las maniobras de izaje.

 

Una potente reflexión sobre maniobras de izaje, el lanzamiento de una campaña para prevenir incendios en equipos mineros y una actualización clave en los controles de fatiga y somnolencia marcaron el ampliado de Seguridad y Salud Ocupacional correspondiente al mes de julio, instancia que reunió a más de 500 trabajadores y trabajadoras conectados desde distintas áreas de Minera Los Pelambres.

El encuentro comenzó con una reflexión de seguridad de la Gerenta de Mantenimiento TFT-Puerto, Claudia Cuesta, en torno a un accidente de alto potencial ocurrido recientemente en Minera Zaldívar, usando el caso de la caída de una grúa para reforzar la necesidad de disciplina y cumplimiento normativo en las maniobras de izaje.

Su llamado fue claro: “Recordemos que acá todos somos líderes en seguridad. Tenemos la responsabilidad de velar por el cumplimiento de nuestra normativa. Recordar también que todos tenemos disponible la herramienta “Yo digo No” para utilizarla cuando sea necesario”.

Luego, el Gerente de Mantenimiento Mina, José Miguel Ríos, presentó la campaña “Yo evito un amago”, una iniciativa orientada a eliminar los focos de riesgo de incendio en equipos mineros. “No debemos confiarnos en que el sistema de mitigación tiene que estar operativo y que tiene que cumplir su función, esto es evitar que actúe el sistema de supresión de fuego”, fue su mensaje principal.

La superintendenta de Gestión de Riesgos de Salud Ocupacional, Marcela Rodríguez, informó sobre la actualización de la estrategia de control de fatiga y somnolencia, ahora alineada al estándar corporativo. “El objetivo principal es evitar accidentes graves, accidentes fatales o enfermedades profesionales que impacten, ya sea en la calidad de vida de la persona, a través de incapacidades temporales o bien permanentes”.

Añadió que en los próximos días se distribuirá una herramienta de autoevaluación que permitirá categorizar a cada persona y aplicar los controles correspondientes.

Por su parte, Milton Reyes, Gerente interino de Seguridad y Salud Ocupacional, presentó los reconocimientos del mes, destacando el rol preventivo de dos trabajadores que hicieron uso oportuno de la herramienta “Yo digo No”. Claudio Fábrega, supervisor de mantenimiento de Epiroc, y Juan Carlos León, operador de Resiter en el Puerto.

Ambos recibieron emotivos saludos de sus familias y compartieron palabras de agradecimiento. “Nunca había tenido un reconocimiento así, pero el de la

familia es el más importante”, afirmó Claudio Fábrega. El cierre del ampliado estuvo a cargo de Diego Castillo, Gerente de Integración del Proyecto EVU, quien destacó el avance en los indicadores, pero reforzó la necesidad de mantenerse alertas. “No podemos normalizar el operar cansados, no podemos normalizar operar en condiciones cuando estamos con nuestra capacidad afectada y por ende, reconocer el autocuidado. Reconocer nuestros límites siempre es actuar con responsabilidad”, advirtió. Por eso, pidió a todo el personal seguir “trabajando en una cultura donde la seguridad no es solo una meta. Es una forma en cómo nos relacionamos, cómo planificamos la tarea y cómo trabajamos en el día a día juntos”.

Más de tres décadas lleva Luis Oyarzún Veneciano en Minera Los Pelambres. Ingresó el 30 de marzo de 1990, cuando la operación aún se llamaba Minera Cerro Centinela. “Esto era chiquitito, chiquitito”, recuerda con cariño.

Más de tres décadas lleva Luis Oyarzún Veneciano en Minera Los Pelambres. Ingresó el 30 de marzo de 1990, cuando la operación aún se llamaba Minera Cerro Centinela. “Esto era chiquitito, chiquitito”, recuerda con cariño quien hoy se desempeña como Maestro Mayor y Operador Mina, y que ha sido testigo directo del paso de una faena subterránea a una gran operación a rajo abierto.

Luis ha vivido cada una de las etapas de transformación de la compañía. “Hemos visto toda la transformación. Así como ha ido cambiando la minera, nosotros también hemos crecido junto con ella y nos hemos ido adaptando”, dice con orgullo. Destaca que “siempre los cambios han sido buenos y siempre para mejor”.

Se emociona al hablar de su trayectoria, especialmente por haber sido parte de la evolución de la minería chilena. “Me siento contentísimo de haber pasado los tres procesos de la pequeña, la mediana y la gran minería. Es un orgullo”, comenta.

Identificado con la competencia del Sello de Liderazgo Me Desarrollo y Desarrollo a Otros, explica que le motiva compartir lo aprendido. “Me gusta entregar los conocimientos que hemos adquirido con el tiempo. Esto nunca se termina de aprender”, afirma.

Luis Oyarzún ve con esperanza y confianza el futuro de la compañía. “Me imagino que Pelambres va a seguir creciendo como lo ha hecho, de la mano con la tecnología, la inclusión, siempre junto al Valle y su gente”, asegura.

“Pensamos estar acá hasta el último”, sostiene con la misma convicción que lo trajo hasta el cerro hace más de 30 años.

Históricamente, dicha actividad presentaba una duración promedio de 92 horas, superando ampliamente las 75 horas planificadas. A partir de un riguroso análisis, el equipo identificó oportunidades de mejora que permitieron optimizar la ejecución, alcanzando un tiempo de 56 horas, meta definida como referencia desde el inicio del proyecto.

Una nueva metodología de trabajo estandarizado está transformando la forma en que se ejecutan los cambios de revestimiento en los molinos de bolas de la planta concentradora de Minera Los Pelambres.

La iniciativa -liderada por el equipo de Mantenimiento en conjunto con Excelencia Operacional- surgió ante la necesidad de alinear la ejecución de los cambios de revestimiento con los tiempos establecidos en el plan de mantenimiento, así como de reducir la variabilidad asociada a este proceso crítico.

Históricamente, dicha actividad presentaba una duración promedio de 92 horas, superando ampliamente las 75 horas planificadas. A partir de un riguroso análisis, el equipo identificó oportunidades de mejora que permitieron optimizar la ejecución, alcanzando un tiempo de 56 horas, meta definida como referencia desde el inicio del proyecto.

La implementación implicó una revisión profunda de los procesos y la incorporación de nuevas prácticas que ya muestran resultados concretos. Según explicó Sebastián Villagra, superintendente de Ejecución Mantenimiento Planta Concentradora, “la mejora consistió en implementar la estandarización en el proceso de ejecución del cambio de revestimientos de los molinos bola, lo que incluyó definir secuencias claras, modelar la cantidad de piezas a cambiar, aplicar layout 5S y optimizar el proceso de bloqueo”.

La empresa proveedora que ejecuta el trabajo también fue parte activa del cambio. “Se capacitó en talleres fuera y dentro de faena para revisar la nueva secuencia del trabajo, además de reuniones semanales para controlar la implementación”, detalló Villagra, quien destacó además el uso de grabaciones para detectar brechas y desperdicios.

Para reforzar la mejora continua, agregó que realizan “reuniones post mantenimiento tras cada intervención, además de un seguimiento semanal de los compromisos y acciones que permitan seguir perfeccionando el proceso”.

Para Carlos Brevis, ingeniero senior de Mantenimiento, el mayor valor de la iniciativa está en el trabajo colaborativo. “Hoy día sumamos al área de planificación. Antiguamente, cada área mejoraba lo suyo por separado. Hoy día nos unimos con la empresa contratista y con planificación y estamos trabajando en conjunto”, afirmó.

Esta articulación, señaló, permite “cumplir nuestras metas como mantenimiento y mejorar la disponibilidad de los equipos, que es el KPI que queremos cumplir”.

En el terreno, Francisco Bascuñán, supervisor de Mantención Mayor, destacó el impacto directo en las personas y en la productividad. “Esto nos trajo una estructura, una manera de hacer las cosas. Ya sabemos cómo, tenemos un manual de cómo hacerlas y se repite entre los turnos”, señaló. Ese trabajo conjunto ha permitido “minimizar las fallas, evitar desperdicios y consolidarnos como equipo”.

El enfoque también ha sido clave para la seguridad. “Hemos disminuido la accidentalidad del mantenimiento, sobre todo del cambio de revestimiento, que es un trabajo altamente crítico”, explicó Bascuñán, quien valoró el trabajo estandarizado porque «ha ayudado a bajar los riesgos asociados a atrapamientos y a la interacción con equipos como grúas horquilla”. Los resultados son evidentes. “El año pasado salimos tarde en el 80% de los mantenimientos. Este año, 2025, hemos salido antes en todas las intervenciones. Así que en esa línea los resultados se han dado y creemos que el trabajo estandarizado es el camino”, concluyó Bascuñán.

La experiencia muestra que el cumplimiento estricto de los protocolos puede marcar la diferencia. Por eso, el equipo de Operación Invierno ha reforzado la necesidad de implementar cada acción preventiva en terreno, desde la correcta preparación personal hasta la coordinación activa frente a cualquier alerta meteorológica.

El llamado es claro y directo. No basta con conocer las medidas de resguardo. Es necesario aplicarlas con disciplina y responsabilidad. Las condiciones climáticas extremas que ha traído este invierno -con temperaturas bajo cero, formación de hielo en caminos y más de 70 centímetros de nieve acumulada- exigen redoblar los esfuerzos para prevenir accidentes.

La experiencia muestra que el cumplimiento estricto de los protocolos puede marcar la diferencia. Por eso, el equipo de Operación Invierno ha reforzado la necesidad de implementar cada acción preventiva en terreno, desde la correcta preparación personal hasta la coordinación activa frente a cualquier alerta meteorológica.

Víctor Aravena, jefe de Operación Invierno, advirtió que aún existe una brecha crítica que debe ser abordada. “Hemos encontrado que no conocen el reglamento de operación en condiciones climáticas adversas. Por eso es sumamente importante que lo lean, lo entiendan y si tienen alguna duda nos hagan las preguntas para poder aclarar los temas”, indicó.

Por su parte, Milton Reyes, Gerente interino de Seguridad y Salud Ocupacional de Minera Los Pelambres, reforzó el mensaje con un llamado concreto a la acción. “El llamado es a seguir las recomendaciones del equipo de Operación Invierno. Estas indicaciones, sin duda, que nos van a ayudar a todos a tener control sobre el proceso de operación invierno tanto en operaciones, mina, chancado, Chacay, Mauro y Puerto”, señaló.

Junto con la preparación técnica y el uso adecuado del equipamiento, la comunicación oportuna es clave en la gestión preventiva. Así lo enfatizó Aravena al recordar que “es importante que todo el mundo tenga el correo de Minera Los Pelambres, ya sea del propio grupo o empresas colaboradoras, para que reciban la información vía correo” sobre condiciones climáticas y otras alertas operacionales.

Entre las medidas obligatorias se encuentran el uso de crampones ante la presencia de hielo o nieve, usar vestimenta adecuada con tres capas (térmica, de abrigo y contra el agua) y realizar una postura correcta de cadenas en los puntos establecidos.

También se recomienda caminar con las manos fuera de los bolsillos, mantener siempre los tres puntos de apoyo, revisar diariamente los vehículos y conducir con precaución, sin intentar recuperar tiempo a costa de la seguridad.

En la misma línea, Reyes recordó que tener los procedimientos a mano no basta si no se convierten en hábitos. “Estas recomendaciones, tal como ustedes saben, están en nuestro Reglamento, en nuestro procedimiento, pero hay que hacerlas propias, hay que implementar, hay que difundir y hay que corregir cuando sea necesario”, enfatizó.